Uno de los sectores más complejos en el mundo empresarial es el de la seguridad, pues se trata de un tema que en muchos lugares representa una problemática importante, puesto que la inseguridad siempre está latente en todo momento.
En este punto, es donde entra a jugar un papel fundamental el servicio prestado por un escolta de seguridad , ya que, a pesar de los avances tecnológicos en este sector, el recurso humano sigue siendo fundamental para cumplir con el propósito de proteger a las personas.
Pero, ¿Cómo sería ese perfil ideal?
Seleccionar correcta e inteligentemente a un escolta de seguridad es como elegir un muy buen traje, ya que antes de dirigirnos al almacén a realizar la compra, primero analizamos qué tipo de vestido es el que necesitamos y para qué ocasión lo usaremos, ya sea para asistir a una fiesta o ir a una reunión exclusiva. Esto mismo es lo que se pone en práctica al elegir un escolta de seguridad: todo radica en la necesidad del protegido.
Volvamos al ejemplo del traje; si ya se tiene definido el conjunto que se va a comprar, en este caso para un matrimonio, falta determinar el color, las medidas, el material y su comodidad, ¿verdad?
De esa misma manera, las personas que deciden solicitar un servicio de escolta, piden que los postulados cumplan con unas características particulares y así poder elegir a los mejores.
Adicionalmente, hay un conjunto de factores que conforman la esencia de un escolta de seguridad: que sea apasionado por su profesión, que cuente con un gran nivel de responsabilidad , que sea perseverante, paciente, atento, analítico, táctico, observador y que cuente con equilibrio mental y emocional.
Además de contar con estas características, también se complementa con los conocimientos adicionales, los cuales adquiere a través de diferentes cursos y talleres especializados.
El nivel requerido para ejercer como escolta de seguridad se logra a través del conocimiento adquirido en los cursos de seguridad personal básica, media y avanzada, donde los asistentes aprenden de casuística, planes de contingencia, planeación de rutas según el riesgo, manejo defensivo, ofensivo, evasivo, manejo de armas, legislación penal, defensa personal, primeros auxilios, balística, entrenamiento físico, entre muchos otros temas.
Sumado a eso, los escoltas que desean resaltar entre los demás, continúan estudiando para capacitarse en áreas como: medicina forense y balística, munición y armamento, idiomas, protección a dignatarios, entre otras. De esta manera, al final, pueden ser expertos en observación, protección y resolución de conflictos en su entorno.
En realidad, para formarse como un buen escolta de seguridad se necesita paciencia y tiempo, porque las personas que deciden optar por esta profesión atraviesan por un arduo proceso, tanto que, en algunos casos, duran semanas en albergues, los cuales tienen sus propios campos de entrenamiento en donde realizan actividades diurnas y nocturnas.
En Colombia se debe cumplir el requisito legal de haber hecho el curso en una academia autorizada por la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada.
En cuanto al costo de los cursos, estos pueden variar según la entidad que los ofrece y el nivel de especialización que tengan, pero están en un promedio de $800.000 pesos colombianos.
Como se puede dar cuenta, las personas que ejercen esta profesión cuentan con gran conocimiento y valor, proporcional a la inmensa responsabilidad de su cargo, de tal manera que el escolta perfecto es aquel que se adecua al 100% a las necesidades del protegido.
Conozca información relevante para mejorar su seguridad.